La sucursal española de una empresa americana es obligada a poner en vigencia la prohibición de fumar dentro de sus oficinas. A partir de ahora, quienes quieran fumar en horario laboral, deberán hacerlo en la calle. Ramírez, uno de los empleados de esta pequeña oficina compuesta principalmente por hombres, decide empezar a reunir firmas contra lo que considera injusto. Lo que pretende Ramírez es que se utilice un despacho desocupado como sala de fumadores o “Smoking Room”, que dicen los americanos. Aparentemente todos están de acuerdo y le van a apoyar. Sin embargo, a la hora de la verdad los compañeros pondrán toda serie de excusas para evitar formar parte de esta lista; en cambio, ninguno tendrá problema en inscribirse en otra, la de los que formarán un equipo para jugar un partido de fútbol contra los empleados de otra oficina.